jueves, 26 de febrero de 2009

Los trenes de Carbón


ANECDOTARIO DE “LA LABORAL”

En algún sitio hace tiempo leí una frase que me quedo marcada y que dice más o menos lo siguiente:

La inteligencia es una buena mezcla de memoria y olvido.

En base a esta afirmación voy a procurar transmitir en este escrito mis recuerdos que la mejor memoria me ha hecho no olvidarlos, no se si por inteligencia o por que a pesar de que han pasado en muchos casos cerca de 50 años, me dejaron un buen rastro debido a las circunstancias que se daban en nuestra estancia y vida en la Laboral de Córdoba.

Todas estas anécdotas las recuerdo con el mayor cariño y positivismo y en todos los casos con el mayor respeto para todos los actores protagonistas de las mismas.

En esta primera entrega, empezamos por los viajes en tren.


LOS TRENES DE CARBÓN.

Los viajes siempre fueron motivo de diversas aventuras motivadas por como funcionaba la RENFE de trenes de carbón y vagones del estilo del oeste, donde los retrasos eran normales debido a que viajábamos en los correos que paraban en todas las estaciones, excepto cuando eran viajes colectivos que de Madrid a Córdoba, a veces lograban mejorar los tiempos de viaje.

Un año tuve que hacer de encargado del grupo de los alumnos procedentes de Logroño, Navarra y Soria y recuerdo que estando esperando en la cantina de la estación de Torralba para coger un expreso hasta Madrid, se nos acerca un revisor y nos pregunta con gesto serio y estirado que si formábamos un viaje colectivo y que tren esperábamos, a lo que contestamos que al Express citado, a lo que nos suelta que es imposible viajar en grupo en esos “trenes especiales” y que tendremos que esperar al correo del día siguiente, cuando estaba previsto empalmar en Madrid con el tren que recogía a todos que venían del norte.


Al salir de Córdoba se me había dicho que en caso que hubiera algún problema debía decir el nombre de la persona de parte de quien veníamos “recomendados”, pero pasaba el tiempo y el Express estaba a punto de llegar a la estación, por los nervios no recordaba el nombre de este personaje, nos veíamos pasando la noche en la “cómoda” sala de espera, pero justo unos minutos antes de la llegada del tren me vino a la cabeza el nombre del ínclito Sr. Medina, se lo comentamos al revisor, este soltó un juramento pero logramos subir al tren y así empalmar con el servicio que nos esperaba en Atocha para conducirnos a Córdoba.

Además estaba la lista del grupo sin rellenar, pero el bueno de Gaspar García de Viedma, muy ocurrente le pidió una pluma al revisor y se puso a completar el expediente, después de desenrollar las piernas con las que se hacia un nudo y no dejaba pasar a nadie.

Recuerdo también de un viaje en el que en nuestro vagón volvían desde Francia trabajadores de la vendimia y le pedí al paisano Gaspar, “La Codorniz”, la revista más audaz para el lector más inteligente, y al acercármela, esa buena gente contesto sorprendida que no sabían que una revista tuviera el nombre de esta ave.




Los bocadillos de cada uno de nosotros y los juegos de cartas en maletas encima de las rodillas son detalles que no se olvidan, como el caso curioso del 13 de Enero y Martes del año 1959 que debido a no dormir en el tren y por no acudir a clase por quedarme en el dormitorio el primer día después de las vacaciones de Navidad, al repetir las asignaturas del día citado y no contestar a las preguntas de lo explicado en esa fecha fatídica, me pusieron tres ceros como tres soles en cada una de las asignaturas y el cuarto no llego a efecto por el clamor de la clase en mi defensa.

Muchos trece y martes recuerdo esta anécdota, cuando los medios de comunicación sacan a relucir si son gafes esas fechas.

Otro tema relacionado con trenes, fue la curiosa coincidencia que se dio cuando finalizamos el bachillerato laboral y después de que habíamos quedado con un grupo de alumnos que había ido a examinarse a Madrid en esperarlos en Córdoba para ir juntos de viaje de estudios a Benidorm, suspendido por orden superior y del que contare detalles en otro momento, cuando estábamos parados en un tren en un anden de la estación de Manzanares, paro justo enfrente el convoy donde viajaban los compañeros que viajaban hacia Córdoba, a los que medio dormidos solo pudimos por señas indicarles que en La Laboral, el Rector les daría las explicaciones pertinentes. Los dos trenes se pusieron en marcha en cada dirección y nos quedamos sin el esperado viaje de estudios, del que volveré a escribir en otro momento, pues el caso lo merece.


Luís Carramiñana la Vega

miércoles, 11 de febrero de 2009

PREOCUPACIÓN POR LO SOCIAL



A raíz de leer el libro de visitas de nuestra Laboral de Córdoba, Teodoro Hortigüela recuerda la celebración de la semana social de 1962, y cita a Emilio Palma Moreno para que colabore en dar a conocer lo que fue y supuso esa actividad y con fecha Junio de 2008 Emilio publica los interesantes documentos que con ese motivo se pusieron en marcha.
Al hilo de estos escritos aprovecho para dejar constancia de unas charlas a las que varios alumnos del colegio San Alberto Magno acudimos como oyentes, en Diciembre de ese mismo año 1962, unas jornadas que se llevaron a cabo para autoridades del Movimiento y de alcaldes de ayuntamientos de diversas localidades de Córdoba, donde se podían apreciar los distintos planteamientos que sobre la realidad del campo andaluz se daba en esos momentos donde estaba llevándose a cabo una emigración de dimensiones espectaculares, sobre todo a Alemania, Francia y Bélgica, además de la dirigida a las zonas industriales de España, como Madrid, Barcelona y Bilbao.

Felipe Mellizo Cuadrado (Córdoba, 1932 - + Madrid, 2000) fue un periodista libre, brillante y de una ironía e ingenio admirables. En ese año 1962, estaba en muy buena forma, pues trabajaba en el diario Pueblo y publico tres libros “Notas alemanas”, “Europa, de papel” y “Los redimidos” por el que obtuvo el premio Leopoldo Alas. En los años 1984, 1985 y 1992 presentó
telediarios en diferentes formatos con su tono tan propio y diferente.
Además de otros trabajos a finales de los 70, llevo adelante durante 82 semanas la serie “¿Un mundo feliz?”.
Tiene dedicada una calle en Córdoba entre las calles Isla Gomera y la de Isla de Tabarca.



Fragmentos de un telediario de 1984 (3ª edición)

De los apuntes que conservo de aquellas charlas, que a nosotros con 20 años de edad nos dejaban con la boca abierta, voy a resumir lo siguiente sobre un tema de gran actualidad en el año de referencia y que es nada más y nada menos que LA REFORMA AGRARIA, entresacando estas frases que reflejan su claro planteamiento en ese momento sobre este tema:


La situación a que el campo español ha llegado se basa en temas como despoblación forestal y por ello falta de lluvias, crecida del ganado lanar y pérdida del caballar entre otras.
La ruina agrícola va en aumento, siendo el 45% de la superficie española incultivable.
De 5 millones de trabajadores del campo, solo unos 800.000 viven medianamente bien.
Como muestra de la pobreza del campo, hace no muchos años en Galicia había alquiladores de huesos para el caldo y en Andalucía y Extremadura hay zonas de pobreza casi limite.
España tiene una renta por hombre de 390 dólares, mientras que Dinamarca llega a 1.183, Canadá 3.133 y Estados Unidos 4.111.

España es un país necesariamente agrícola por no haber industrias.
Antes de tomar una decisión, hay que sacar provecho de lo bueno, para arreglar lo malo.
La reforma agraria es necesaria y positiva, porque se debe estar empeñado en crear riqueza.
No es justo el mal reparto actual de las tierras. Razones de todo tipo han logrado que en Castilla abunde el minifundio y en Andalucía y Extremadura el latifundio en muy pocas manos.
Nos tenemos que dar cuenta, que no es malo ser pobres y además los últimos.
El complejo de inferioridad que se da con la generación del 98, pero que no ponen nada en práctica por ser literatos, pues no había ingenieros.

En la república los defectos de su incompetencia hacen que no se cumpla la Ley.
Después del 1939, se dan dos factores ideológicos, por un lado la corriente de la izquierda que proviene de la República y por otro, la aportación falangista, donde hay también conservadores y derechistas, que habiendo colaborado en el Alzamiento, ahora se vuelven en contra.
Había que establecer un dialogo, aprovechando lo positivo y lograr una unión, porque las personas honradas se ponen de acuerdo.
Se desconfía de las diarreas dialécticas y de los discursos falsos.

Los trabajos a llevar a cabo, deberían ser los siguientes:
1.- Censo agrario.
2.- Base de creación de riqueza con tecnificación del campo, formación profesional agrícola, planificación y urbanización rural. Ocio positivo y fomento del deporte para no aburrirse.
3.- Reforma de la propiedad jurídica de la tierra.
4.- Cooperativismo.
La sindicación de los trabajadores del campo y la información de los mismos es otro tema a tener en cuenta para eliminar parte de las dificultades que la reforma contiene.
Hace mucha falta gente capaz de ponerla en práctica, creando una conciencia colectiva, eliminando el miedo feroz del individualismo.
Falta mucha fuerza y cabeza, porque nuestros listos son cobardes y nuestros fuertes son tontos.

Con relación a lo anterior, comentar por mi parte que ante la situación que se daba en ese año en el campo cordobés, ocurría que entre los asistentes a estas jornadas se daban planteamientos muy diferentes:
Debido a la gran emigración que a Europa y a zonas industriales de España se estaba llevando a cabo en ese tiempo, los “viejos caciques” con poder y edad se quejaban de que los pueblos se quedaban sin gente para trabajar la tierra, a lo que los “jóvenes con ganas” contestaban con mucha dureza que la culpa la tenían ellos por no haber creado las condiciones de vida para que
de esta manera no tuvieran que abandonar los pueblos donde habían nacido, siendo las defensas de estos dos planteamientos de una gran fuerza dialéctica llegando hasta el insulto personal y algún roce físico que ocasiono el no poder asistir nosotros a todos los debates.

En 1984, fue aprobada por la Junta de Andalucía, la Ley de la Reforma Agraria para entre otras cosas; el cumplimiento de la función social de la propiedad de la tierra y contribuir a la solución de graves problemas sociales, quedando 25 años después mucho camino que recorrer.

Recuerdo ahora cuando se daban cita los componentes de la Escuela de Capacitación Social de Trabajadores, donde se trataban los temas sociales de importancia en ese momento.

Como resumen sobre las consecuencias que para nosotros tuvo la Semana Social de 1962, y los demás aspectos que nuestra estancia en “La Laboral” relacionados con nuestra formación, pienso que para los tiempos en que se desarrollo nuestra educación, a pesar de los problemas y tensiones, fue una ventana a la esperanza y una fuente de crear inquietud y conciencia social en muchos de nosotros, creando una preocupación por lo social que pienso nos ha servido en las tareas que de mandos intermedios en las empresas hemos tenido que llevar a cabo con vista a la mejora de las condiciones de trabajo y salario de los trabajadores, debido en muy buena parte a la educación y el ejemplo que recibimos en una buena mezcla de rectitud, trabajo y libertad y el devolver a la sociedad lo que ella nos dio en su día a nosotros.